\\ Itoshiki \\

Shiki es un chico que refleja perfectamente su edad, de cabellos castaños claros, rebeldes y de un largo bastante promedio, dos grandes y bastante suaves orejas adornan su cabeza, resaltando de la misma por la tonalidad dorada de su pelaje. Dos cicatrices cruzan su rostro, una por el tabique de la nariz y la otra por su mejilla izquierda, ambas grandes, pero no graves ya que se las hizo hace largo tiempo. Por lo general usa un antifaz con decoraciones típicas de las mascaras Koh japonesas, este cubriéndole la mitad del rostro, ya que Shiki sufre de heterocromia en sus ojos, uno es de color verde oscuro y el otro es de color dorado, debido a su complejo por ello, siempre se cubre su ojo dorado y muestra un casi perpetuo ceño fruncido. Su cuerpo es atlético, no tiene una musculatura marcada en exceso y su peso esta dentro del promedio, con una altura de 1.70, suele verse más pequeño debido a que gusta de usar ropas holgadas y que según él, le hagan ver más 'intimidarte'. Siendo un zorro peculiar, posee seis largas y esponjosas colas, las cuales únicamente muestra cuando esta realmente enfadado o quiere hacerse el importante, por lo general únicamente una de ellas esta visible. En el resto de su cuerpo tiene varias cicatrices pequeñas, la mayoría pasando desapercibidas debido a la antigüedad de las mismas, mas una en su espalda siendo bastante notoria.

Terco es la mejor palabra para describirlo y de poder bautizarle nuevamente, su nombre perfecto seria "Terco Avaro", ya que este zorro no solo tiene un fuerte carácter y es difícil de tratar, si no que es un cleptómano y avaro de primera, tiene una gran debilidad por el dinero y los objetos brillantes y de valor, al punto en el que los guarda en pequeños escondrijos y madrigueras que logra hacer en los lugares que le rodean. De cabeza testaruda, es difícil hacerle cambiar de opinión o incluso verle o escucharle admitir que se ah equivocado en algo además de que es alguien pesimista por naturaleza. Tiene un fuerte complejo con la diferencia de color en sus ojos, debido a las burlas y criticas que recibía de pequeño, así como también, para contrarrestar lo mismo, suele tener sus momentos de egolatría. Si bien puede parecer difícil de manejar, en realidad el zorro gusta mucho de la tranquilidad y tiene un instinto maternal exagerado, al punto en el que al ver una mascota o animal más pequeño y tierno, no puede evitar llevarle con él y tratar de cuidarle lo mejor posible, nuevamente, quizás para compensar el hecho de que él no tuvo una infancia del todo feliz. Estas características llevan a shiki a la clasificación de 'tsundere', ya que no se siente del todo cómodo con la cercanía o atención de otros (con excepción de alguien pequeño) y tiene un carácter bastante impulsivo. Pero pese a todo, es alguien con un corazón honesto y que en realidad no posee verdadera malicia, más la que ya viene en su propia naturaleza de zorro. Le cuesta un poco el ser honesto consigo mismo acerca de sus sentimiento, pero es debio a que no acostumbr a abrirse hacia los demás.

• Los libros
  
• Las joyas
  
• Las cosas brillantes
  
• Monedas recién pulidas
  
• Platería
  
• La comida salada
  
• Las cosas pequeñas y monas
  
• La ropa holgada o con mangas grandes
  
• Ser idolatrado o que le den cumplidos
  
• Tener la razón y poder jactarse de ello
  
• Los malvaviscos
  
• Hacer madrigueras
  

• La gente más egolatra que él y casi inmutable o inexpresiva
  
• Equivocarse y que se lo recalquen
  
• La melosidad
  
• Las mujeres ruidosas
  
• Los hombres ruidosos
  
• El ruido
  
• Que le derramen cosas calientes encima
  
• Personas que se toman demasiadas confianzas con él
  
• Los alambres de púas
  
• Sus ojos impares
  
• Mostrar demasiada piel
  

En Japon, a las faldas de las montañas se corren rumores de poblaciones de animales con características muy especiales. Itoshiki proviene de una de ellas, una pequeña y modesta aldea donde predominaban los zorros con múltiples colas. Aún si los infantes nacian ahí, las madres o la familia nunca eran originarios de la misma aldea y era dificil el reproducirse por lo cual la población era pequeña y muy estrecha. Aún así, Shiki vivió los primero años de su infancia en dicha aldea, en compañía de su madre y su hermano mayor hasta el fatídico día en el cual se vieron separados; dicho recuerdo junto con el resto de su infancia permanece oculto muy dentro de la mente del zorro.
Shiki únicamente recuerda la oscuridad, humedad y suciedad de aquella fabrica durante toda su niñez, habiendo sido llevado a las "instalaciones" del supuesto Mercado Negro desde muy pequeño, el zorro  no posee un verdadero recuerdo del mundo exterior tal cual es. De pequeño lo sabia, sabia que había sido separado de su familia y llevado a ese nuevo y oscuro mundo, negándose a aceptar o siquiera dejársela fácil a sus captores, intento escapar varias veces, cada intento más arriesgado que el anterior, únicamente por que quería volver a los brazos de su madre o por que simplemente deseaba escapar de aquel nuevo entorno cruel y falto de 'humanidad'.

Quien sabe, Shiki ya no lo recordaba con claridad, únicamente recordaba que en un intento de huir, había quedado atrapado en alambres de púas, el dolor y la sensación de los cortes, así como el olor de la sangre, esto lo hizo entrar en pánico, forcejeando cada vez más por liberarse y únicamente lastimándose más, eventualmente le encontraron, le dieron una buena paliza como castigo por intentar huir y le atendieron las heridas, heridas que ahora habían dejado su marca perpetua en el cuerpo del zorro.

Después de aquella experiencia no volvió a intentar huir, se conformo con aprender a vivir en aquella fabrica, en evitar a los otros 'inquilinos' que eran de tener cuidado y encontrando una necesidad de proteger disimuladamente a los más pequeños y débiles que él, simplemente por que no quería que intentasen escapar y experimentaran lo mismo que él. Formando un carácter e imagen que pareciesen agresivos y duros, fue como aprendió a defender y defenderse de otros, pero la fabrica no era un lugar del todo propicio a amistades. Con los años, Shiki se impuso a tener siempre la guardia en alto y pese a haberse conformado con seguir vivo, las cicatrices en su rostro le recordaban diariamente que había un mundo alla fuera por el cual pensó arriesgar la vida una vez. Constantemente llego a pensar o más bien preguntarse, ¿aun valdría la pena intentar escapar? ¿ el mundo de allá fuera es en realidad algo mejor que este lugar?

Con aquella pregunta el zorro pasa sus días, tratando de hacer su convivencia en su celda y y con otras 'mascotas' y 'esclavos' lo más amena posible, entre los muros de concreto, lso escombros, la sangre y el cruel trato de lso cuidadores. ya han pasado varios años desde que llego ahi, y al parecer, al no encontrar alguien lo suficientemente tonto como para comprarle, pasaría el resto de sus días en aquel oscuro agujero del demonio.